Actualmente, de los sistemas de calefacción existentes, hay uno que está más presente en nuestros hogares y cada vez con más fuerza: la calefacción por biomasa.

Hoy son más los particulares y los edificios del sector turístico que optan por este sistema de calefacción. El número de instalaciones crece cada año y está llamado a convertirse en el sistema más utilizado en un futuro próximo.

Para conocer más de cerca este sistema de calefacción, hay que hablar primero de la biomasa.

¿Qué es la biomasa?

La biomasa es aquella materia orgánica de origen vegetal o animal que puede aprovecharse para la obtención de energía. Es fundamental que sea generada de manera sostenible.

Dicho esto, en los sistemas de calefacción por biomasa, las calderas y estufas funcionan con residuos de madera, que permiten reciclar los desechos resultantes de actividades agrícolas, forestales e industrias agroalimentarias y de manipulación de la madera, que de otra forma serían considerados como residuos (ramas de árboles, astillas, serrín, restos vegetales, cáscaras de almendra, huesos de frutos, etc).

Por tanto, la biomasa se presenta como una fuente de energía alternativa y renovable que asegura un mayor respeto por el medio ambiente, ya que permite sustituir combustibles fósiles como el gasoil y el propano.

Los pellets.

Los sistemas de calefacción por biomasa están diseñados para funcionar con combustibles de diferentes tipos, siendo el más habitual los pellets.

Pellets | Derechos Imagen: Alternative Heat (http://flic.kr/p/9AvQfJ)

Los pellets son pequeños cilindros alargados hechos a base de madera y serrín. Los cilindros se fabrican mediante el prensado de serrín, no se necesita ningún tipo de adhesivo, sólo la misma madera.

El pellet es fácil de almacenar y de transportar; no se necesita ningún tipo de permiso para ello. Además, es mucho más económico y estable que los combustibles de origen fósil (gas y gasoil) que están expuestos a las continuas fluctuaciones del mercado. Suelen venderse en sacos a partir de 15 Kg, por lo que se debe contar con un lugar amplio para su almacenamiento.

Estas calderas y estufas también pueden funcionar con otro tipo de materiales, como cáscaras de almendra, huesos de aceituna, leña o astillas de madera. Las astillas son mucho más fáciles de producir a partir de restos de poda u otros desechos madereros. Solo es necesario una trituradora adecuada, evitándose el proceso de prensado.

Caldera Natur P de Facody

De todos modos, es importante seguir las recomendaciones del fabricante de la caldera para saber qué tipo de biomasa utilizar.

Ventajas.

Una de las principales ventajas de elegir un sistema de calefacción por biomasa es que es la forma más ecológica y eficiente que se ha desarrollado para calentar nuestras viviendas. Además, el combustible que utiliza resulta mucho más económico que la electricidad o que los combustibles fósiles. Supone un ahorro en la factura de la calefacción de hasta un 60% anual.

Las calderas y estufas por biomasa tienen un alto rendimiento energético. En el caso de las calderas de pellets, hay fabricantes que los indican en un 95,5%. Este tipo de combustible, por sus características homogéneas, tiene un poder calórico constante y superior a otras alternativas.

Inconvenientes.

Uno de los principales inconvenientes del sistema de calefacción por biomasa es el precio. Las calderas de pellets resultan más caras que las calderas de gas natural o gasoil, aunque poco a poco, los precios se van moderando.

Por otro lado, está el tema de los pellets. En algunos sitios resulta difícil encontrar suministro de pellets a domicilio. Además, debemos contar con espacio suficiente para guardarlo, ya que como hemos dicho anteriormente, se suministra en sacos a partir de 15 Kg. Además, se debe contar con un espacio para la caldera, sobre todo si ésta se alimenta de un depósito. Hay tolvas que van desde 230 hasta 430 litros.

Pese a los inconvenientes que pueda tener, este sistema de calefacción por biomasa, está llamado a ser el más utilizado en el futuro, precisamente por el tipo de combustible que utiliza: limpio, ecológico y renovable. Está claro que es una opción frente a los combustibles fósiles.

Por último, está el alto grado de satisfacción de los usuarios. Muchos de los que lo han instalado coinciden en tres características clave: ahorro, calidad de vida y compromiso medioambiental.